Todo lo que debes saber sobre la fibromialgia

26/04/2022

Más de un millón de españoles, un 2,4 % de la población, padecen fibromialgia, de los cuales casi un 85% son mujeres entre los 30 y los 40 años de edad, según la Sociedad Española de Reumatología. La fibromialgia es un trastorno que se caracteriza por la presencia de dolor crónico y cansancio, que afecta a la calidad de vida de las personas que la padecen. Es difícil de diagnosticarla ya que se confunde con otras enfermedades.

 

La fibromialgia, un dolor invisible

“Me duele todo” es la frase con la que la persona con fibromialgia suele referirse a cómo se siente. El dolor generalizado es en músculos y otros tejidos blandos, como los tendones y ligamentos. Además, suele estar acompañado de falta de sueño, dolor de cabeza, pérdida de memoria y por una alta sensibilidad al tacto de diversas partes del cuerpo (los llamados “puntos sensibles”).  Pese a que la fibromialgia es crónica, las molestias suelen aparecer y desaparecer, e incluso variar en su intensidad. Es por ello que se la conoce como la afección del dolor invisible. En la fibromialgia, el malestar se describe como un “dolor de pies a cabeza” y su nivel puede cambiar de persona a persona, por lo que su diagnóstico no siempre es fácil.

 

Puntos sensibles del cuerpo

En las personas con fibromialgia, los puntos sensibles son aquellos que, ante el simple tacto, manifiestan dolor.

Afortunadamente la FIBROMIALGIA no es peligrosa ni mortal, pero sí afecta la calidad de vida e incluso el entorno laboral, pudiendo llegar a ser incapacitante. Según un estudio publicado por el BMC Health Services Research sobre su impacto en el trabajo, la familia y el entorno social, el 70% de los pacientes atendidos por fibromialgia en centros de atención primaria, aseguró tener grandes dificultades para rendir en el trabajo, mientras que un 23% respondió que se encontraban en situación de invalidez permanente. Otro dato que se extrajo de este estudio, fue que el 44% de los encuestados dijo que dependía bastante o casi en su totalidad de algún familiar para realizar las tareas domésticas.

 

Causas y diagnóstico

Todavía los expertos no han encontrado las causas de la fibromialgia, pero lo cierto es que las personas que la padecen tienen una mayor sensibilidad al dolor. Se ha observado que en los pacientes con fibromialgia, las áreas del cerebro que procesan el dolor interpretan las sensaciones dolorosas de una manera más intensa.

Aunque en algunas ocasiones la fibromialgia puede aparecer poco a poco sin que se detecte un factor de riesgo asociado, su origen parece estar relacionado con varios factores desencadenantes:

  • Genéticos. La fibromialgia suele ser hereditaria, lo que predispone a la persona con riesgo a padecerla.
  • Infecciones. Algunas enfermedades infecciosas pueden ocasionar o agravar la fibromialgia.
  • Trauma físico o emocional. A veces, la fibromialgia se desencadena a consecuencia de un traumatismo, como un accidente automovilístico, o por estrés psicológico.

Actualmente, no existe una prueba concreta que confirme su diagnóstico (ni análisis de sangre, ni radiografía, ni tomografía), y el tiempo hasta tener un diagnóstico definitivo puede alargarse, ya que muchos síntomas de la fibromialgia son frecuentes en otras afecciones.

Los siguientes criterios pueden ayudar a orientar el diagnóstico de la fibromialgia:

  • Dolor generalizado con una duración superior a tres meses.
  • Presencia de otros síntomas como fatiga, cansancio al despertarse y dificultad para pensar.
  • Ausencia de otra enfermedad preexistente que pueda estar causando los síntomas.

 

¿La fibromialgia se puede curar?

El objetivo del manejo de la fibromialgia es el alivio de los síntomas y el mantenimiento de la capacidad funcional en los ámbitos personal, familiar y profesional de la persona que la padece, impidiendo que se deteriore su calidad de vida o que lo haga lo menos posible.

Lo que se intenta es controlar el dolor y los demás síntomas con el fin de mejorar la calidad de vida de la persona. En la mayoría de los casos, los médicos combinan medicamentos con cambios de hábitos y terapias. Estos son algunos de ellos:

Medicamentos

En ningún caso debemos automedicarnos, lo más adecuado siempre es consultar al médico y seguir sus recomendaciones.

Terapias

Hay varios tratamientos que pueden ayudar a aliviar el dolor y mejorar la calidad de vida:

  • Fisioterapia. Existen ejercicios que mejoran la fuerza, la flexibilidad y la resistencia de tus músculos.
  • Terapia ocupacional. La fibromialgia tiene un gran impacto en tu vida diaria, por lo que tu trabajo también se ve afectado. Algunos ajustes de postura puede colaborar a que te sientas mejor en tu entorno laboral.
  • Terapia psicológica. Para reducir el estrés y la ansiedad que provoca la fibromialgia.
  • Acupuntura. Estudios científicos demostraron que la acupuntura con estimulación eléctrica alivia el dolor y la rigidez, disminuye la fatiga y contribuye al bienestar del paciente.

Cambios en el estilo de vida

  • Reduce el estrés. Tratar de relajarse y controlar la ansiedad ayuda a aliviar los síntomas de la fibromialgia. Trata de realizar ejercicios de respiración y meditación.
  • Duerme bien. Trata de establecer una rutina para que tu organismo se acostumbre y le saque el jugo a las horas de descanso.
  • Haz ejercicio. El ejercicio frecuente disminuye los síntomas, pese a que al principio pueda incrementar el dolor. Caminar, nadar, ir en bicicleta, son opciones válidas, pero siempre antes de realizarlos, pregúntale a tu médico.
  • Come saludable. Mantener el peso en niveles adecuados puede contribuir a bajar el dolor y a controlar la ansiedad. Disminuye la ingesta de cafeína, el alcohol, y no fumes.