Colágeno: lo que tu piel necesita y nadie te ha contado

27/05/2025

La piel, como cualquier otro órgano del cuerpo, está en constante evolución, por lo que, a lo largo del tiempo, pierde firmeza, elasticidad y luminosidad. Aunque estos cambios son normales, no siempre somos conscientes de lo que ocurre a nivel interno. Uno de los protagonistas silenciosos de este proceso es el colágeno. 

En este artículo exploramos qué papel juega el colágeno en la salud de la piel, por qué su pérdida afecta visiblemente al rostro con el paso del tiempo y cómo reforzarlo desde dentro para marcar una diferencia real. 

 

¿Qué hace el colágeno en la piel? 

Para entender cómo envejece nuestra piel, es clave saber qué hace el colágeno en la piel. Esta proteína estructural constituye una estructura de sostén que mantiene la dermis firme y resistente. Cuando los niveles de colágeno disminuyen, la piel pierde tensión, favoreciendo la aparición de arrugas y flacidez. Además, participa activamente en la regeneración celular y en la reparación de tejidos, por lo que su función va mucho más allá del aspecto estético, también influye directamente en la salud cutánea. 

Con el paso del tiempo, su producción disminuye de forma natural a partir de los 30 años, pero también puede acelerarse por factores externos como la exposición solar, la contaminación, el estrés, el tabaco o una alimentación poco equilibrada. Aunque este proceso no se puede detener por completo, sí es posible estimular la síntesis de colágeno o compensar su pérdida con estrategias adecuadas. 

 

Beneficios del colágeno para la piel 

El colágeno aporta múltiples beneficios que van más allá de una simple mejora estética. Entre los principales destacan: 

  • Mejora la firmeza: gracias a su función estructural, el colágeno ayuda a mantener la piel tensa y a prevenir la flacidez y las arrugas. 

  • Favorece la retención de humedad: el colágeno contribuye a mantener la humedad en las capas más profundas de la piel, promoviendo un aspecto más jugoso y saludable. 

  • Facilita la reparación celular: su papel en la regeneración ayuda a que la piel se recupere mejor tras agresiones externas como la radiación UV o la contaminación. 
  • Reduce signos del envejecimiento: al mantener la estructura y elasticidad, el colágeno contribuye a suavizar líneas de expresión y a prevenir la formación de arrugas profundas. 

Por eso, cuidar el colágeno no solo mejora el aspecto, sino que también fortalece la salud general de la piel. Ahora bien, no todo el colágeno es igual, en nuestro cuerpo existen distintos tipos, y cada uno cumple una función específica. Además, es importante mencionar brevemente a la elastina, otra proteína clave en la salud cutánea. Su función complementa la del colágeno, ya que aporta elasticidad y capacidad de recuperación a la piel, y su presencia en fórmulas avanzadas puede marcar una diferencia significativa en los resultados.  

 

Tipos de colágeno y su papel en la piel  

Existen al menos 28 tipos de colágeno identificados en el cuerpo humano, pero los más relevantes para la salud y apariencia de la piel son los tipos I y III. 

  • Colágeno tipo I: es el más abundante en el organismo, representando aproximadamente el 90% del colágeno total. Se encuentra principalmente en la piel, tendones, huesos y ligamentos, proporcionando resistencia y firmeza a estos tejidos.  

  • Colágeno tipo III: presente en tejidos blandos como la piel, vasos sanguíneos y órganos internos. Trabaja en conjunto con el tipo I para mantener la elasticidad y estructura de la piel.  

Comprender las funciones específicas de cada tipo de colágeno ayuda a elegir suplementos adecuados y a entender cómo contribuyen a la salud de la piel y otros tejidos. 

 

Técnicas prácticas para estimular la producción de colágeno 

Aunque la producción natural de colágeno disminuye con la edad, existen estrategias para potenciarla o compensar su caída: 

  • Protección solar diaria: evitar la radiación UV ayuda a prevenir la degradación acelerada del colágeno en la piel. 

  • Nutrición adecuada: consumir alimentos ricos en vitamina C, zinc y aminoácidos es fundamental, ya que estos nutrientes son esenciales para la síntesis de colágeno. 

  • Evitar hábitos nocivos: el tabaco y el estrés crónico son enemigos directos del colágeno, porque aumentan los procesos inflamatorios y el daño oxidativo. 

  • Suplementación especializada: incorporar complementos orales formulados con péptidos hidrolizados de colágeno tipo I, vitamina C y elastina puede favorecer la regeneración desde el interior. 

En este sentido, productos como Ceannum, que combinan péptidos hidrolizados de colágeno tipo I, elastina hidrolizada y vitamina C, presentan una formulación avanzada que ayuda a la regeneración* de la piel y a la firmeza y elasticidad. La inclusión de elastina, aunque menos habitual en suplementos, aporta un beneficio añadido al trabajar junto al colágeno para mantener la piel más flexible. Su formato en solo 10 viales listos para beber, con un agradable sabor, facilita su incorporación en la rutina diaria, haciendo que el cuidado del colágeno sea práctico. 

 

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Se recomienda empezar a cuidar el colágeno a partir de los 30 años, ya que es el momento en el que su producción empieza a disminuir de forma natural. Anticiparse a este proceso puede ser la mejor estrategia si quieres mantener una piel saludable, prevenir la pérdida de firmeza y conservar una apariencia joven durante más tiempo.  

En definitiva, cuidar el colágeno es cuidar tu piel desde dentro, para que luzca tan bien como tú te sientes. 

 

 

*Hans-Christoph Knefeli, Benjamin Durani. "Improved wound healing after oral application of specific bioactive collagen peptides". Nutrafoods (2017) 9-12

DOI 10.17470/NF-017-1031-1

Estudio clínico ref. 07/CRT_VV_128_17-001