Se acerca el verano… ¿cómo preparar la piel?

28/05/2020
Piel y verano

El verano está a la vuelta de la esquina y es importante que no nos sorprenda y tampoco a nuestra piel. Durante la mayor parte del año permanecemos ajenos a los efectos negativos del sol, al calor y a las consecuencias que puedan generar en nuestra piel, principalmente porque tenemos más ropa encima, no estamos de vacaciones y no nos exponemos a un alto nivel.

Pero con la llegada de esta época, hacemos un clic y tratamos de disfrutar al máximo estos meses de sol y de calor. Así como te preparas para hacer deporte, tu piel también necesita cierta preparación para “salir al ruedo” y no sufrir las consecuencias.

A continuación, algunos consejos útiles para que tu piel no sufra y no termines el verano con una mala experiencia:

  1. Alimentación saludable: intenta incrementar la ingesta de frutas y verduras ricas en antioxidantes –que contengan betacarotenos y vitamina C–. Come fresas, kiwis y melón, zanahorias, brócoli y tomates. Hay estudios que indican que el consumo de alimentos ricos en betacaroteno podría disminuir las quemaduras en personas sensibles al sol.
  2. Limpieza (con exfoliación): La suciedad, el polvo, el esmog y el humo, el maquillaje… en fin, hay decenas de sustancias que entran en contacto con nuestra piel y se acumulan. Si no hacemos una buena limpieza, lucirá sin brillo, deshidratada, etc. Para prevenir esta situación, realiza una exfoliación profunda para eliminar bacterias, restos de suciedad y pieles muertas.
  3. Hidratación: la piel deshidratada es aquella que pierde agua de forma excesiva, generando sequedad. Esto puede ocurrir en cualquier tipo de piel (grasa, mixta o seca) y es muy frecuente tras las vacaciones estivales, sobre todo si se ha abusado del sol, los baños y el aire libre. Se manifiesta a través de la falta de suavidad y elasticidad, de luminosidad, de la aparición de arrugas, etc. Para hidratar la piel, en primer lugar, debes mantenerte hidratada tú misma bebiendo al menos dos litros de agua por día. Por otro lado, debes:
    • Eliminar diariamente el maquillaje del día.
    • Aplicar una crema hidratante todos los días, para mantener un nivel adecuado de hidratación y restablecer la función barrera de la capa córnea. La radiación solar también deshidrata la piel, por lo que la hidratante de la mañana debe tener protector solar o se puede poner la crema hidratante y, a continuación, un protector solar (durante todo el año).
  1. Sol: debes preparar la piel para el sol y sus rayos ultravioletas. El uso del protector solar es imprescindible, incluso durante todo el año. Los rayos UV son la principal causa del cáncer de piel, pero también provocan problemas menores como la aparición de manchas o el envejecimiento precoz. Utiliza cremas con el factor de protección adecuado y resistentes al agua y al sudor. Aplícalas de forma frecuente, generosa y sin olvidar ninguna parte del cuerpo. Se recomienda no escatimar la aplicación del fotoprotector (han de aplicarse aproximadamente 2mg/cm2). El factor de protección (FPS) de la crema debe ser de 30 o más, y debe ser aplicada 20 minutos antes de estar al sol, volviéndola a aplicar cada 2-3 horas, y después de sudar mucho o bañarse.
  2. Fotoprotección oral: ciertas sustancias sin efectos secundarios demostraron un efecto preventivo de los daños de la radiación UV en la piel cuando son ingeridas oralmente. Sus mecanismos de acción son muy variados, interviniendo en diversas vías de señalización y ejerciendo su efecto protector ya sea por su acción antioxidante, antiinflamatoria o inmunomoduladora. Uno de ellos, Ceannum, un nutricosmético formulado con altas dosis de biopéptidos activos de colágeno tipo I y elastina, componentes presentes de forma natural en la piel, además de vitamina C, que contribuye a la formación normal de colágeno para conseguir una función adecuada de la piel.

Ceannum, nutricosmético de colágeno