Tiroides: hipertiroidismo e hipotiroidismo

09/05/2019
Tiroides: hipertiroidismo e hipotiroidismo

La tiroides es una glándula endocrina con forma de mariposa que está situada sobre la tráquea. Una glándula endocrina es un conjunto de células que produce hormonas y las vierte directamente a los capilares sanguíneos. 

La tiroides participa en la producción de tres hormonas: la T4, la T3 y la T3 inversa. Estas hormonas se ocupan de regular el metabolismo del cuerpo, es decir, de las reacciones químicas que tienen lugar en nuestras células y que se reflejan en funciones como:

  • Crecimiento y desarrollo del cuerpo
  • Mantenimiento del calor
  • Velocidad a la que se queman calorías
  • Aumento del gasto cardíaco

Además, detrás de la glándula tiroides está la paratiroides, que se encarga de la producción de la parathormona, importante para la regulación del calcio.

Funcionamiento de la tiroides

La tiroides necesita un elemento fundamental para producir las hormonas: el yodo. El yodo se consigue a través de la dieta y se necesita ingerir entre 80 y 150 microgramos de yodo cada día, excepto en algunas ocasiones especiales, como durante el embarazo, que se precisa una cantidad algo mayor.

Como la cantidad que se necesita es muy poca, no debemos preocuparnos, ya que llevando una dieta sana y equilibrada no debe haber problemas para tomar la cantidad adecuada.

La tiroides, a parte del yodo, también necesita un estímulo externo que le indique cuándo tiene que producir hormonas. Este estímulo externo es otra hormona: la TSH o hormona estimulante de tiroides. La TSH “avisa” a la tiroides de que tiene que producir más hormona cuando detecta que los niveles en sangre de hormonas tiroideas son bajos. En cambio, cuando los niveles de hormonas tiroideas en sangre son altos, no se estimulará la síntesis de más hormonas porque no son necesarias.

Problemas en la tiroides

Cuando la glándula tiroides no funciona bien, esto se refleja en el cuerpo. Los problemas de tiroides pueden deberse a causas como el cáncer de tiroides o a la tiroiditis (inflamación de la tiroides). Sin embargo, las enfermedades tiroideas más comunes son el hipertiroidismo y, en especial, el hipotiroidismo.

Hipertiroidismo

El hipertiroidismo es la producción excesiva de hormonas tiroideas. Esto se debe a que hay más hormona estimulante de tiroides (TSH) de la que debería, y ello hace que se produzca más hormona tiroidea, o también, porque el propio cuerpo produce unos anticuerpos que, igual que la TSH, avisan a la tiroides de que tiene que producir más hormona. La diferencia entre la TSH y los anticuerpos es que los anticuerpos la avisan siempre, independientemente de que sea necesario producirlos o no. Esto se llama hipertiroidismo por la enfermedad de Graves y hace que haya una sobreproducción de hormonas tiroideas.

Como hay más hormona tiroidea, su función está aumentada y el metabolismo se acelera. Los síntomas que se pueden sentir son los siguientes:

  • Pérdida de peso involuntaria
  • Aumento del apetito
  • Cambio de los ciclos menstruales en las mujeres
  • Cansancio
  • Descomposición
  • Aumento de la sensación de calor
  • Latidos rápidos o irregulares
  • Bocio o aumento de la tiroides, llegando incluso a notarse un bulto en el cuello.

 Existen tratamientos para esta patología que deberán ser recomendados por el médico tras el diagnóstico adecuado.

Hipotiroidismo

El hipotiroidismo se da cuando hay poca producción de hormonas tiroideas. La causa más común es la enfermedad de Hashimoto, en la que nuestro propio sistema inmune ataca a las células de la glándula de tiroideas, reduciendo así su función.

Como en este caso hay menos hormona tiroidea, su función está disminuida y el metabolismo se ralentiza. Algunos síntomas que se pueden sentir son:

  • Ganancia de peso involuntaria
  • Cansancio
  • Estreñimiento
  • Aumento de la sensación de frío
  • Latidos lentos
  • Depresión
  • Nivel de colesterol en sangre elevado
  • Bocio o aumento de la tiroides, llegando incluso a notarse un bulto en el cuello.

El hipotiroidismo es el problema de tiroides más común. Existen tratamientos para esta patología que deberán ser recomendados por el médico tras el diagnóstico adecuado.