Cáncer de próstata: riesgos de padecer disfunción eréctil

06/11/2020
Cáncer de próstata y disfunción eréctil

El cáncer de próstata es el más común entre los varones. De acuerdo con la Sociedad Española de Oncología Médica, en 2020 se diagnosticarán unos 35.126 nuevos casos. Además es el tercero en mortalidad, detrás del cáncer de pulmón y colorrectal, con unos 5.841 decesos, en 2018. Lo positivo es que la tasa de supervivencia es alta: se estima que asciende al 90%. Es por ello que es muy importante la prevención y el diagnóstico precoz.

Pero hay un tema esencial que suele ocurrir cuando un hombre padece este tipo de cáncer que suele ser irrelevante para muchos oncólogos, no así para quien la sufre: la disfunción eréctil.

¿Qué es el cáncer de próstata?

La próstata es una glándula del sistema reproductor masculino, localizada debajo de la vejiga y delante del recto. Tiene el tamaño de una nuez y rodea una parte de la uretra (el tubo que conduce la orina al exterior desde la vejiga). Es la encargada de la producción de semen.

El cáncer de próstata se origina cuando las células de este órgano comienzan a crecer fuera de control. Aunque hay distintos tipos de cánceres de próstata, el más común es el adenocarcinoma. Se desarrolla principalmente en varones de edad avanzada: el 90% de los casos aparece en mayores de 65 años. No debe confundirse el cáncer de próstata con la hiperplasia benigna de próstata, que es un agrandamiento no canceroso de la misma, y ocurre a medida que los hombres envejecen, cuando la próstata puede agrandarse y bloquear la uretra o la vejiga, lo que puede generar dificultades para orinar o interferir con la función sexual..

Si bien se desconocen las causas del cáncer de próstata, hay factores de riesgo como la edad avanzada, la genética, los antecedentes familiares, la obesidad, el tabaco y los altos niveles de testosterona que podrían aumentar el riesgo.

Al principio, el cáncer de próstata no presenta síntomas evidentes, pero en etapas más avanzadas suelen aparecer algunos como la necesidad frecuente de orinar (con sensación de no vaciar bien la vejiga), la pérdida involuntaria de orina, el dolor y escozor a la hora de miccionar, la dificultad para empezar a orinar y la retención urinaria si la uretra se obstruye por el tumor.

¿Cómo puede afectar a mi vida sexual?

Una vez diagnosticado el cáncer de próstata a través de un tacto rectal, un análisis de PSA (antígeno prostático específico) —una proteína que se produce en la próstata y que aumenta en diversas enfermedades— y una biopsia de los tejidos de la próstata, el oncólogo te recomendará los tratamientos a seguir.

Lo que tienes que saber es que los tratamientos para el cáncer de próstata, como la cirugía, la radioterapia, la quimioterapia y la hormonoterapia (uso de medicamentos que disminuyen o neutralizan hormonas) pueden provocar efectos secundarios en tu función sexual. Aunque no necesariamente sean estos los únicos culpables: la ansiedad y la depresión también pueden contribuir de manera negativa.

El problema sexual más común (y más temido) en pacientes con cáncer de próstata es la disfunción eréctil, que es la incapacidad de conseguir o mantener una erección para mantener una relación sexual satisfactoria, pero existen otras como la dificultad para eyacular, la eyaculación retrògrada (eyacular “hacia dentro”)o incontinencia urinaria durante la relación sexual.

En el caso de la cirugía, si cuando se extrae la próstata (prostatectomía radical), se dañaran los nervios cercanos a esta glándula, los cuales controlan el flujo de sangre al pene, podría aparecer una disfunción eréctil. En la actualidad, con la cirugía laparoscópica y la robótica se ha disminuido este problema, aunque se estima que existe una posibilidad superior al 60% de disfunción eréctil postoperatoria.

Si te sometes a radioterapia, también puedes tener problemas de erección. Cuanto mayor sea la dosis de radiación y más amplia sea la zona irradiada, mayores posibilidades tendrás de sufrirlos. La radiación daña las arterias que suministran sangre al pene.

En el caso de la quimioterapia, lo más probable es que conserves tu capacidad normal de erección. Sin embargo, puedes experimentar problemas después de recibir una sesión, aunque te recuperarás enseguida. En ocasiones, la quimioterapia puede afectar el deseo sexual y la capacidad de erección al desacelerar la producción de testosterona.

¿Se puede recuperar la función eréctil?

Dependerá de varios factores como el tipo de tratamiento, la edad del paciente y la función eréctil antes del cáncer. Generalmente, el tiempo de recuperación se encuentra alrededor de los 18 a 24 meses.  

El tratamiento principal para recuperar las erecciones apunta a mejorar el flujo de sangre al pene. Aunque también una terapia psicológica puede ayudar. La ansiedad y el estrés pueden ser los elementos más perjudiciales a la hora de una erección. Algunos de los tratamientos son:

  • Medicamentos:Suelen resultar eficaz en la mayoría de los hombres. Son fármacos que mejoran el flujo de sangre al pene. Sin embargo, no son eficaces si no se conservaron los nervios prostáticos después de una cirugía.
  • Inyección en el pene:Es un tratamiento muy eficaz que funciona a los pocos minutos de su administración. Puede causar dolor en el pene y una erección prolongada.
  • Dispositivo de vacío: Es eficaz en el 66-71% de los pacientes, pero puede causar entumecimiento o moretones. Es un tubo plástico que se coloca sobre el pene, una bomba manual y una banda que se coloca alrededor de la base del pene una vez que está erecto (anillo de constricción).
  • Prótesis peneanas: Su instauración requiere cirugía y consta de 2 cilindros que se introducen en los cuerpos cavernosos del pene y mediante la colocación de un dispositivo en el interior del escroto (entre los testículos), el paciente puede provocarse la erección a su criterio.