Tendinitis y ejercicio: claves, consejos y prevención

11/16/2017

El ejercicio es una fuente de salud física y emocional. Disminuye el riesgo de sufrir enfermedades cardiovasculares, de los pulmones, de los riñones, así como diabetes, obesidad u osteoporosis. Además, reduce el estrés, la ansiedad y ayuda en la depresión. 

Parece que los españoles nos hemos dado cuenta y cada vez practicamos más deporte. Según la Encuesta de Hábitos Deportivos en España 2015, más de la mitad de la población de 15 años en adelante hizo ejercicio el año previo. Si eres de los que ya lo practica, nuestras felicitaciones, pero si no, te animamos a empezar. Eso sí, con cuidado, para evitar las lesiones ;-)


¿Qué es la tendinitis?

La tendinitis es la inflamación de un tendón, es decir, de la estructura que une el músculo con el hueso. También se suele llamar tendinitis al desgaste del tendón, aunque en este caso el nombre correcto es tendinosis. Actualmente, se prefiere hablar de tendinopatías para referirse al conjunto de patologías localizadas en los tendones.

La tendinitis se caracteriza por el dolor que se experimenta al movilizar el tendón afectado, aunque también puede molestar en reposo. A veces se irradia a otras zonas y, si es intenso, puede llegar a provocar pérdida de fuerza en la zona afectada, e incluso dolor durante la noche. Los episodios se pueden repetir a lo largo del tiempo, es decir, mejoran y luego reaparecen, incluso sin hacer esfuerzos.

Las principales causas de las tendinitis son las lesiones del tendón (sobrecargas musculares, estiramientos bruscos) y los traumatismos repetidos. También la edad juega un papel importante, ya que los tendones se vuelven más débiles.

 

¿Cuáles son las tendinitis más comunes?

La tendinitis se puede producir en cualquier tendón del cuerpo humano, pero lo más común es que se produzca en los hombros, los codos, las muñecas, las rodillas y los talones.

La tendinitis del hombro ocurre cuando los tendones del manguito rotador, el conjunto de músculos y tendones que ayudan al hombro a moverse y a mantenerse estable, se inflaman. Es típico en deportistas que mueven repetidamente el brazo por encima de la cabeza, como el tenis o la natación, y en trabajadores que hacen gestos similares, como pintores o carpinteros.

La tendinitis del codo puede ocurrir en la parte interna o en la parte externa. El codo de golfista o espitrocleitis, que es cuando se inflama la parte interna, duele al flexionar la muñeca y los dedos o al girar el antebrazo y poner la palma hacia abajo. El codo de tenista o epicondilitis, se da en la parte externa y duele en los movimientos opuestos.  

La tendinitis de la muñeca puede producirse en la zona del cubital anterior, encargada de la flexión de la muñeca, o en la del cubital exterior, encargada de la extensión. Suele ser común en tenistas y en personas con trabajo de oficina por un uso excesivo del teclado o del ratón.

La tendinitis rotuliana afecta al tendón que une cuádriceps y tibia, que es el que permite a la rodilla extenderse o estirarse. Es frecuente en algunos deportes como el levantamiento de pesas, ya que sobrecarga la zona, o en el baloncesto o salto de altura, ya que se produce una desaceleración muy brusca al parar de golpe. Por esta razón, a esta dolencia se la conoce también como rodilla de saltador.

La tendinitis aquílea se produce en el tendón de Aquiles, el más fuerte del cuerpo humano, que es el encargado de despegar el pie del suelo, permitiéndonos andar, correr o saltar. Suele aparecer en corredores, en saltadores o en mujeres que usan tacones de forma frecuente.

 

¿Cómo se diagnostica y cómo se trata?

Generalmente, los síntomas son suficientes para que el médico pueda hacer un diagnóstico. Solo algunas veces es preciso realizar pruebas de imagen, como la ecografía o la resonancia magnética nuclear, para confirmar el diagnóstico y determinar si el tendón está calcificado o roto. 

Una vez diagnosticado, el tratamiento suele comenzar con antiinflamatorios para aliviar el dolor y la inflamación. Con el fin de no sobrecargar el tendón con los movimientos del día a día, se recomienda inmovilizar la zona con una férula o vendaje compresivo. En casos muy rebeldes se recurre a inyecciones de corticoides en la zona y, más raramente, a la cirugía.

Una vez que el dolor es menos intenso, la fisioterapia es clave para fortalecer el tendón y prevenir futuras recaídas. En las sesiones de rehabilitación se suelen facilitar ejercicios para hacer en casa como apoyo a la terapia en la clínica.

 

¿Cómo se previene?

La forma más efectiva de prevenir la tendinitis es estirar. En este post del blog de Finisher®, nuestra línea de salud y nutrición deportiva, está disponible más información sobre los tipos de calentamiento que hay y sus beneficios.

Antes de hacer deporte se deben calentar los músculos que específicamente se van a usar. Por ejemplo, los hombros para natación y las piernas para correr. Se recomienda imitar los movimientos que se van a realizar después, empezando muy poco a poco y suavemente, y acabando más rápido.

Después del entrenamiento, cuando los músculos están calientes, siempre se deben estirar durante 15-30 segundos. La flexibilidad que se gana después de una sesión de estiramiento dura 90 minutos, pero si se mantiene un programa de estiramiento los beneficios duran varias semanas.

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