Enfermedades respiratorias en verano: Cuidados específicos

07/02/2021

A menudo relacionamos las enfermedades respiratorias con la época invernal. Sin embargo, las personas que sufren de enfermedades como EPOC, asma o bronquitis siguen sintiendo sus síntomas también durante el verano. De hecho, el calor, la sequedad o la contaminación pueden hacer que sus signos se agraven. Por eso, durante esta estación es fundamental seguir unos cuidados específicos:

1. Evitar los contrastes de temperaturas

En verano es habitual pasar del calor extremo de la calle a interiores más frescos debido al uso del aire acondicionado. Estos cambios bruscos de temperatura, que a menudo rondan los 10 grados, pueden hacer que una enfermedad respiratoria controlada se complique. Por tanto, la recomendación es tratar de evitar estos contrastes en la medida de lo posible.

En el caso del hogar, si se cuenta con aire acondicionado, este debe estar siempre a una temperatura de entre los 24 y los 25 ºC. Seleccionar una temperatura más baja puede conllevar la aparición de problemas respiratorios.

2. Mantenerse siempre hidratado

Una correcta hidratación es fundamental durante todo el año, pero resulta crucial durante los días más calurosos del año. Además, es especialmente importante en el caso de sufrir bronquitis aguda ya que la ingesta de líquidos ayuda a diluir el moco y expulsarlo.

3. Baños en playas y piscinas

En la actualidad, la cantidad de cloro de las piscinas está controlada para que no resulte perjudicial para la salud pulmonar. Sin embargo, es importante recordar que el exceso de cloro puede irritar la mucosa nasal generando la aparición de rinitis. Es por ello que es recomendable priorizar el baño en el mar frente a la piscina y, de hacer uso de esta, controlar y limitar los tiempos de baño.

4. Evitar las horas centrales del día

Para mantener las enfermedades respiratorias bajo control es importante evitar las temperaturas extremas, ya que el calor excesivo o el frío intenso pueden fomentar la aparición de nuevas infecciones virales o la irritación de las vías aéreas. Por eso, durante el verano, es aconsejable evitar salir o ejercitarse durante las horas centrales del día.

5. Prepararse para viajar

Las personas que sufren de enfermedades respiratorias como asma o EPOC pueden viajar sin problemas. Sin embargo, a la hora de preparar las vacaciones, es recomendable tener algunos aspectos en cuenta:

  • Evitar destinos que se encuentren a una altitud por encima de los 3000 metros, como pueden ser algunos puntos de los Pirineos o Sierra Nevada, así como destinos con una alta concentración de contaminación.
  • Mientras que las zonas costeras son más húmedas, pero más calurosas, en la montaña el clima puede ser más seco y fresco. Elegir destinos con climas estables favorecerá el control de la enfermedad.
  • Seleccionar habitaciones soleadas, si es posible alejadas de las piscinas y en las que no haya entrado ninguna mascota.
  • En caso de contar con tratamiento de oxígeno, es importante consultar con un especialista si es necesario transportarlo durante los vuelos. 

6. La medicación, siempre a mano

El descuido de tratamientos de enfermedades como el asma puede hacer que durante el otoño las crisis generadas por esta enfermedad se incrementen, propiciadas también por las alergias típicas de esta temporada. Es por ello que, durante el verano, es importante seguir en todo momento las pautas marcadas por el médico para mantener esta y otras enfermedades respiratorias bajo control. 

Además, llevar en todo momento la medicación necesaria para tratar la enfermedad evitará el descontrol de la misma y la aparición de ataques o síntomas inesperados.