Cómo cuidar la salud visual de los niños frente a las pantallas

29/03/2021

Educar a los hijos siempre ha sido un reto. Pero, en plena revolución digital, todavía puede serlo más. Así se desprende de una encuesta realizada en marzo de 2020 por Pew Research Center en la que un 66% de estadounidenses afirmaba que es más difícil ejercer de padre actualmente que hace 20 años, muchos mencionando la tecnología y el uso de redes sociales como razón principal. Y es que ya de pequeños, niños y niñas se acostumbran al uso de pantallas a su alrededor, lo que afecta a su desarrollo cognitivo, emocional y, también, a su salud visual.

Lo constata el aumento de jóvenes y niños con problemas de visión entre la población mundial. En España, según datos de la asociación Visión y Vida, más de la mitad de los niños españoles podría tener un problema visual. Su informe ‘El estado de la salud infantil en España, 2019. ¿Cómo ha variado desde 2016?’ constata que la salud visual infantil ha empeorado puesto que, si en 2016 uno de cada cinco niños (19%) tenía una visión de lejos inferior a la normal, en 2019 era ya un niño de cada cuatro (25%) el que presentaba esta condición. Por otro lado, en países asiáticos como China la situación es todavía más preocupante pues se calcula que el 90% de los estudiantes sufre de miopía cuando entra en la universidad y un 20% de ellos presenta miopía magna, lo que significa más de ocho dioptrías.

Frente a esta realidad, los expertos lo tienen claro: no se trata de prohibir el uso de pantallas pero sí de limitarlo y, sobre todo, de educar en un buen uso de la tecnología. A continuación, compartimos unos consejos para ello.

Problemas en la vista por un exceso de uso de pantallas digitales

Según estudios recientes, como el conducido por la Asociación Americana de Oftalmología, el aumento de personas con miopía no está solo relacionado con el uso de pantallas digitales. La evidencia indica que tiene que ver más con el incremento de trabajos realizados a corta distancia y, también, por el poco tiempo que pasamos al aire libre pues la luz solar es beneficiosa para la salud visual. La razón es que la luz solar estimula la producción de dopamina intraocular, un neurotransmisor que bloquea el alargamiento del ojo; por tanto, ayuda a evitar el desarrollo de miopía.

Además de estar relacionado con la miopía, el uso prolongado de pantallas puede provocar:

  • Fatiga ocular: Concentrarse en una pantalla durante largos periodos de tiempo cansa a los músculos alrededor de los ojos y, también, puede causar dificultades de concentración y hasta dolores de cabeza.
  • Visión borrosa: Mirar siempre a la misma distancia durante un tiempo prolongado puede causar el llamado espasmo de acomodación; es decir, que el sistema de enfoque del ojo tenga espasmos y la visión se torne borrosa cuando se levanta la vista de la pantalla.
  • Ojos secos: Cuando miramos una pantalla digital, disminuye el parpadeo, lo que deriva en unos ojos secos e irritados. En el caso de los niños y las pantallas de un ordenador, además, puede resultar más nocivo porque acostumbran a estar más arriba de su campo visual habitual, por lo que los párpados superiores tienen a abrirse más, lo que acelera la evaporación de la película lagrimal del ojo.

5 Consejos para cuidar la vista de los niños

Para evitar que aparezcan estos problemas y cuidar la salud visual de nuestros hijos, existen una serie de recomendaciones, avaladas por expertos y organizaciones como la OMS, que hay que tener en cuenta. Las listamos:

1. Limitar el tiempo de exposición a pantallas. La Organización Mundial de la Salud es muy clara y, según sus directrices de 2019, estos son los tiempos de exposición recomendados para niños menores de 5 años:

  • Los menores de 2 años: No deben hacer uso de pantallas digitales nunca.
  • Entre 2 y 4 años: No más de 1 hora al día de uso de pantallas y siempre acompañados de un adulto que interactúe con él. Tan importante como la cantidad es la calidad de lo que se está viendo. Elegir programas educativos específicamente diseñados para los pequeños de esta franja de edad puede resultar, incluso, beneficioso.

Según UNICEF, estas directrices se pueden mantener hasta los 6 años. En esta primera infancia, los niños no deben hacer uso de los dispositivos sin supervisión. Es necesario que hagan un uso regulado y que se prioricen otras actividades fundamentales para su desarrollo, como el contacto con otros niños, con la naturaleza, el juego no estructurado, la exploración…  

  • De los 6 a los 12 años: Siguiendo con las recomendaciones de UNICEF, los niños en edad escolar hacen un uso distinto que los más pequeños pues la tecnología les brinda oportunidades únicas en torno a la comunicación, la búsqueda de información, el entretenimiento y, más adelante, el contacto social. A estas edades no existen unos tiempos estándar recomendados, sino que lo importante es educarles en un buen uso de los dispositivos digitales y que aprendan los riesgos que conlleva navegar en internet. Sobre la decisión de que los niños y pre-adolescentes tengan su propio dispositivo, UNICEF indica que será aconsejable cuando sus relaciones sociales se den ya en las redes y estas supongan una forma de contacto con las personas de su entorno. Por lo general, esto no sucede hasta los 10 años.
  • De los 12 a los 18 años: La adolescencia es una etapa de gran desarrollo, en el que ahora la tecnología tiene un peso importante, sobre todo, porque es donde los adolescentes conectan con sus amigos y amigas. En este sentido, no hay que vigilar tanto el tiempo que pasan conectados, sino el tiempo que pasan en el mundo real y si cumplen con otras actividades fundamentales para su desarrollo: estudiar, ir a clase, leer, hacer deporte, estar con la familia…

2. Seguir la regla de 20 / 20 / 20. Según esta regla diseñada por el optometrista Jeffrey Anshel, cada 20 minutos mirando una pantalla debemos descansar y mirar un objeto a 6 metros de distancia durante 20 segundos. Por ejemplo, si nuestro hijo está haciendo los deberes con el ordenador, podemos poner una alarma cada 20 minutos y recordarle que mire por la ventana para descansar la vista durante 20 segundos. O si está jugando a un videojuego, cuando supere un nivel, recordarle que es momento de mirar a lo lejos y cuidar de sus ojos para enfrentarse mejor a la siguiente partida. Esta regla no es exclusiva de los niños, sino que también es útil para todos para evitar la fatiga visual.

3. No usar el móvil antes de ir a dormir. La luz azul que emiten las pantallas digitales está relacionada con una menor producción de melatonina, la hormona que induce al sueño. Hay que evitar el uso de pantallas, como mínimo, una hora antes de ir a la cama. También procurar que los niños y adolescentes no se lleven el móvil a la habitación.

4. Incentivar las actividades al aire libre. Según un estudio desarrollado por el Colegio de Optometría de la Universidad de Tecnología de Queensland (Australia), es recomendable que los niños pasen, como mínimo, dos horas al día al aire libre para cuidar de su salud visual. Además, practicar juegos o actividades deportivas les ayudará a mantener la calidad de su visión de lejos. Por eso, es tan importante que haya tiempo para estar al aire libre, aunque estemos en pandemia.

5. Mantener citas periódicas con un especialista. Por último, no hay que olvidar las visitas regulares al oftalmólogo. Siempre que un niño no haya dado señales de alarma antes, la primera visita al especialista se recomienda alrededor de los 3 años. A partir de entonces, con una revisión anual, preferiblemente antes del inicio del curso escolar, será suficiente para cuidar la salud visual de los pequeños de la casa.