Golpe de calor: qué es, síntomas y como prevenirlo este verano
23/06/2025
Con la llegada del calor intenso en los meses de verano, aumentan ciertos riesgos para nuestra salud que conviene tener en cuenta. Uno de ellos es el golpe de calor, una afección que puede aparecer de forma repentina y que altera la capacidad natural del cuerpo para regular su temperatura.
En este artículo te explicamos qué es, cuáles son sus principales síntomas, qué hacer ante un golpe de calor y qué medidas puedes tomar para prevenirlo durante los días más calurosos.
¿Qué es un golpe de calor?
El golpe de calor es una afección que aparece cuando la temperatura corporal se eleva de forma excesiva, generalmente por exposición prolongada al sol o por realizar actividad física en condiciones muy calurosas. Cuando el cuerpo no logra disipar ese exceso de calor, la temperatura interna puede superar los 40 °C, lo que afecta su funcionamiento normal.
Cuando los mecanismos naturales de regulación térmica, como puede ser la sudoración, no son suficientes, la temperatura corporal puede subir rápidamente, generando malestar y, en algunos casos, afectando funciones básicas si no se interviene a tiempo. Aunque se considera una situación seria, se puede prevenir con hábitos sencillos y medidas de precaución.
Síntomas del golpe de calor
Detectar los primeros signos de un golpe de calor permite actuar antes de que la situación se agrave. Aunque no siempre se presentan todos a la vez, estos son los síntomas más frecuentes:
- Temperatura corporal elevada, por encima de los 40 °C.
- Dolor de cabeza intenso.
- Piel caliente, enrojecida y seca, especialmente en reposo.
- Náuseas o vómitos de aparición repentina.
- Sensación de debilidad o mareo, incluso al estar en reposo.
- Confusión, desorientación o dificultad para hablar con claridad.
- Respiración acelerada y pulso elevado.
Calambres musculares.
- Pérdida de conciencia o desmayos en casos más graves.
Ante la presencia de estos síntomas, es importante detener la actividad, buscar un lugar fresco y actuar con rapidez para enfriar el cuerpo.
Qué hacer si ocurre un golpe de calor
Actuar de inmediato es clave para evitar complicaciones. Aunque siempre se recomienda acudir o llamar a los servicios de emergencia, hay algunas medidas que pueden tomarse de inmediato mientras se espera ayuda médica.
- Llevar a la persona a un lugar fresco y ventilado, a la sombra o con aire acondicionado si es posible.
- Aflojar o quitar la ropa para facilitar la ventilación del cuerpo.
- Aplicar compresas frías en zonas clave como el cuello, las axilas, la frente o la ingle. También puede mojarse la piel con agua, pero evitando un contraste excesivamente brusco con el frío, ya que esto podría provocar escalofríos y dificultar el enfriamiento.
- Abanicar o ventilar para ayudar a bajar la temperatura corporal.
- Ofrecer agua en pequeños sorbos, solo si la persona está consciente y puede tragar sin dificultad.
- No administrar medicamentos antipiréticos (como paracetamol o ibuprofeno), ya que no están indicados en este caso.
Si la persona pierde el conocimiento, tiene convulsiones o no mejora en pocos minutos, es esencial llamar al 112 u otro número de emergencias. Un golpe de calor es una urgencia médica y debe tratarse como tal.
¿Por qué ocurre el golpe de calor y quiénes tienen más riesgo?
Cualquiera puede sufrir un golpe de calor, pero hay factores que aumentan el riesgo: exposición prolongada al sol, falta de ventilación, hidratación insuficiente o en entornos sin ventilación adecuada.
Los niños pequeños, las personas mayores y quienes padecen enfermedades crónicas son especialmente vulnerables, al igual que quienes toman ciertos medicamentos que afectan la regulación térmica. También influye el uso de ropa poco transpirable, el consumo de alcohol y no estar acostumbrado al calor.
Cómo prevenir el golpe de calor este verano
Prevenir un golpe de calor es posible con medidas sencillas, especialmente durante los días de altas temperaturas:
- Evita la exposición directa al sol entre las 12:00 y las 17:00. En ese horario, busca permanecer en espacios frescos, ventilados o con aire acondicionado.
- Hidrátate con frecuencia, incluso si no tienes sed. El agua es la mejor opción; limita bebidas con cafeína o alcohol.
- Usa ropa ligera, holgada y de colores claros, que facilite la transpiración y la regulación del calor corporal.
- Protégete del sol con sombrero, gafas de sol y protector solar, sobre todo si vas a estar al aire libre.
- Si realizas ejercicio al aire libre, hazlo en las horas más frescas del día, como a primera hora de la mañana o al atardecer.
- Ventila bien tu vivienda, cierra persianas en las horas de más sol y utiliza ventiladores o aire acondicionado si es posible.
- Nunca dejes a personas ni mascotas dentro de un vehículo cerrado, aunque esté a la sombra. El interior puede alcanzar temperaturas peligrosas en pocos minutos.
Para terminar, conviene recordar que el golpe de calor, aunque puede parecer lejano, es una situación que se puede presentar en cualquier entorno caluroso si no se toman las medidas adecuadas. Con una buena hidratación, medidas adecuadas y atención a las señales del cuerpo, es posible disfrutar del verano sin poner en riesgo la salud. Prevenir, reconocer y actuar a tiempo marca la diferencia.