Los medicamentos y su caducidad: que tu salud no corra riesgos

19/01/2017

Cada medicamento tiene sus particularidades en cuanto a preparación, conservación, consumo y vida útil. ¿Respetas las fechas de caducidad que se indican y conservas los medicamentos en las condiciones que explica el envase y el prospecto de su interior? Tu buena salud está en juego ;)

La fecha de caducidad se define como la fecha límite en la que se puede consumir o utilizar un producto (no sólo medicamentos) en óptimas condiciones. Se considera que, a partir de ese día, su consumo no es seguro por distintos motivos, que pueden ser leves —como cambios de color o sabor— o graves, secundarios al desarrollo de microorganismos que causan enfermedades.

En el caso de los medicamentos, la importancia de respetar la fecha de caducidad es casi mayor que en el resto de los productos debido a que, el no hacerlo, puede hacer que el producto pierda eficacia o seguridad.

¿Cómo se define la caducidad de un medicamento?

La caducidad de un medicamento es el tiempo determinado durante el cual está garantizado que se mantiene estable, seguro y en perfectas condiciones para su uso. Esta fecha se determina en función de las características del principio activo y de su formulación.

Para que los medicamentos mantengan su eficacia y seguridad hasta la fecha de caducidad, es necesario que estén conservados correctamente. También debemos tener en cuenta que cuando abrimos un medicamento, comienza un proceso de degradación por el contacto con los agentes externos, como son el aire o la humedad, que acorta la vida útil del medicamento. Por ello, es necesario tener en cuentas las condiciones de conservación y mantener siempre los envases en óptimas condiciones de almacenamiento, evitando la luz directa, el calor y la humedad. Hay que tener especial precaución con los medicamentos que precisen frío para su conservación.

Estas son algunas de las situaciones que podemos encontrarnos si no se conservan correctamente los medicamentos:

  • Alteraciones en el aspecto, forma, sabor y olor, pueden ser indicadores de que el producto está sufriendo un proceso de deterioro. Un medicamento puede estar en mal estado desde el punto de vista de su acción y seguridad, y presentar un aspecto externo normal. También puede suceder que un medicamento parezca deteriorado en el exterior — por una conservación incorrecta —, pero que aun así siga siendo eficaz y seguro.
  • Degradación del principio activo o de los excipientes que lo acompañan, que pueden provocar que disminuya su eficacia, algo especialmente importante en enfermedades graves que requieren tratamientos muy precisos.
  • Aparición de contaminación bacteriana, si no se conserva correctamente el medicamento una vez abierto.

 

Cada medicamento tiene su propia caducidad en función de:

  1. La presentación o forma farmacéutica. Las presentaciones líquidas o semilíquidas acostumbran a ser menos estables que las sólidas. Dentro de las líquidas, los colirios y las suspensiones que tienen que prepararse en casa son las más sensibles a la contaminación bacteriana y tendrán un plazo de validez comprendido entre 10 días y 1 mes una vez abiertos o reconstituidos.
  2. La composición. Es decir, el principio activo más los excipientes. Cada molécula tiene diferente estabilidad con respecto al paso del tiempo. Por tanto, cada medicamento es distinto de los demás en términos de caducidad.

Nuestra recomendación es que nunca utilices un medicamento pasada la fecha de caducidad ya que, aunque es posible que siga en buen estado, los riesgos para la salud pueden ser importantes. Lo mejor es que los lleves al punto de recogida SIGRE de tu farmacia y si sigues necesitando ese medicamento adquieras uno nuevo, a través de tu médico o farmacéutico, para garantizarte su correcta acción y un uso seguro.