Rinitis: síntomas, causas y tratamiento

19/11/2021

Estamos en una época en la que los resfriados son muy habituales. Sin embargo, no son las únicas enfermedades respiratorias que se producen en estos meses. Hay infinidad de causas por las que aumentan las secreciones nasales. Se trata, de hecho, de una de las principales consultas de los médicos de Atención Primaria y de los alergólogos, sobre todo en invierno y en primavera.

Una de las enfermedades respiratorias más habituales en los meses de frío es la rinitis. Se trata de una inflamación de la capa de la mucosa de la pared interior de la nariz, lo que produce rinorrea, más comúnmente conocida como “moqueo”.

La rinitis puede ser aguda, en caso de que aparezca de repente con una duración limitada, o crónica, si se sufre la mayor parte del año.

Síntomas de la rinitis

Al ser un trastorno que afecta a la mucosa nasal, los principales síntomas de la rinitis afectan a la nariz. El más común es la salida de líquido acuoso por las fosas nasales, que suele ser transparente al principio e ir oscureciendo con el tiempo. Además, aunque los síntomas pueden variar y la intensidad suele ser mayor o menor según el caso, los más comunes son:

  • Secreción nasal
  • Estornudos
  • Congestión nasal
  • Picor nasal
  • Dolor de cabeza
  • Falta de olfato

En general, los síntomas tienden a empeorar por las noches y, aunque puede parecer un catarro, hay varias diferencias. El más común es la duración, ya que este suele durar entre una semana y diez días. Además, los catarros a veces producen otros síntomas, como fiebre y malestar general.

Causas de la rinitis

En general, la rinitis puede ser alérgica - conocida como fiebre del heno - o no alérgica. La rinitis alérgica es la forma más común de la no infecciosa. Aunque es más habitual en primavera, también puede darse en invierno. Además de producirse por el polen, hay otros factores desencadenantes, como el polvo, animales, moho o contaminación urbana.

En el caso de las rinitis no alérgicas, existen también varias causas que la pueden producir:

  • Rinitis infecciosa. Está causada por diferentes virus y bacterias.
  • Rinitis física. La causan condiciones ambientales como el frío o la humedad.
  • Rinitis mecánica. Su desencadenante son malformaciones, desviaciones del tabique nasal, vegetaciones o cuerpos extraños que causan una obstrucción.
  • Rinitis hormonal. Se produce por desórdenes hormonales como el hipertiroidismo o los que se producen durante el embarazo.
  • Rinitis medicamentosa. Causada por el uso o abuso de ciertos medicamentos como antidepresivos, vitamina A o progesterona.
  • Rinitis atrófica. Se trata de una enfermedad crónica causada por una reducción agresiva de los cornetes inferiores.

Tratamiento de la rinitis

El tratamiento de la rinitis siempre dependerá de la causa que la haya provocado y de la intensidad de los síntomas, así como de la duración de la misma. Lo más importante es consultar siempre a un profesional médico, para que nos diga qué la ha causado y cómo podemos combatirla. Según su origen, algunos de los tratamientos más comunes son los siguientes:

  • Tratamiento antibiótico. Es el que te recetará el médico en caso de que se establezca que su origen es bacteriano.
  • No existe una medicación específica para la rinitis vírica. En ese caso, lo único que podrás hacer es tratar los síntomas hasta que el cuadro mejore solo.
  • Antihistamínicos. Es el tratamiento, siempre bajo prescripción médica, que se utiliza para las rinitis alérgicas. Además, si ha sido identificado, debe evitarse el alérgeno que la provoque en la medida de lo posible.
  • Otros medicamentos. En el caso de que se produzca cefalea, es habitual aliviar el dolor con analgésicos tipo paracetamol. Si se produce inflamación en otros lugares, como la garganta, es habitual utilizar medicamentos antiinflamatorios no esteroideos (AINE), como ibuprofeno, para mitigarla.
  • Soluciones salinas. Son una buena opción, tanto para limpiar las fosas nasales como para mejorar los síntomas. Alivian bastante y se pueden usar sin problema varias veces al día.
  • Descongestionantes nasales. Si bien alivian los síntomas y despejan las fosas nasales, debe evitarse abusar de ellos, ya que pueden tener efecto rebote y provocar una sintomatología aún mayor.

En el caso de que sea aguda, lo habitual es que los síntomas desaparezcan al cabo de unos días. Sin embargo, si persisten, es importante acudir a un profesional médico para que evalúe tu caso.