Psoriasis, algo más que una afección en la piel

19/03/2020
Psoriasis, enfermedad de la piel

La psoriasis es una enfermedad que provoca la acumulación de células cutáneas en la superficie de la piel, formando escamas y manchas rojas y blancas que causan picazón y, con frecuencia, dolor. Es de carácter crónico, no es contagiosa, y suele aparecer y desaparecer. El tratamiento consta en detener el crecimiento acelerado de esas células cutáneas ya que no existe una cura para la psoriasis.

En España, la psoriasis afecta al 2,3% de la población, más de un millón de españoles. Aparece principalmente entre los 15 y los 35 años, aunque también puede manifestarse en niños y personas mayores. Es llamativo que uno de cada cuatro pacientes con psoriasis no está siendo tratado actualmente. De estos, más de la mitad se encuentra en fases moderadas o graves de la enfermedad, de acuerdo con una encuesta de la asociación de pacientes Acción Psoriasis.

Causas de la psoriasis

Aunque la enfermedad no es hereditaria, hay una predisposición genética para padecerla: de hecho un tercio de los afectados tiene familiares directos con psoriasis.

La psoriasis comienza en el sistema inmune, principalmente en unas células de la sangre llamadas linfocitos T, que ayudan a proteger el cuerpo contra infecciones y enfermedades. Estas células se activan indebidamente y desencadenan una proliferación y dilatación de los vasos sanguíneos de la piel, lo que se manifiesta en el color rojo de las lesiones. También genera un crecimiento de las células de la epidermis, los queratinocitos.

Normalmente, el proceso de recambio celular de la epidermis es de 30 días, pero en las personas con psoriasis dura unos 4 días, lo que genera la acumulación de células en la piel, y se manifiesta en forma de placas de escamas blanquecinas y descamación exagerada.

Si bien no existe una causa, hay factores como las infecciones, las lesiones en la piel, la ansiedad y el estrés, el tabaquismo, el consumo excesivo de alcohol y la insuficiencia de vitamina D que pueden aumentar el riesgo de padecer psoriasis.

Síntomas

Esta enfermedad puede manifestarse de manera repentina o lenta, y los síntomas pueden aparecer y desaparecer. Lo más común son las lesiones cutáneas, en forma de placas, de diversos tamaños que son como manchas rojas cubiertas con escamas gruesas y plateadas. Suelen estar ubicadas en los codos, las rodillas, el cuero cabelludo, la espalda y las nalgas. Otros síntomas frecuentes son:

  • Dolor y picazón
  • Pequeños puntos escamados
  • Piel seca y agrietada
  • Uñas amarillentas y gruesas
  • Articulaciones inflamadas y rígidas

Tipos de psoriasis

Existen varios tipos de psoriasis.

  • Psoriasis en placas. Es la más frecuente y produce lesiones secas, elevadas y rojas en la piel (placas) cubiertas con escamas plateadas.
  • Psoriasis en las uñas. Es la que afecta las uñas de las manos y los pies.
  • Psoriasis en gotas. Suele aparecer a causa de una infección bacteriana, como la amigdalitis estreptocócica. Se caracteriza por la descamación en forma de gotas en el torso, los brazos, las piernas y el cuero cabelludo.
  • Psoriasis inversa. Afecta principalmente la piel de las axilas, la ingle, debajo de los senos y alrededor de los genitales. La psoriasis inversa causa manchas lisas de piel roja e inflamada que empeoran con la fricción y la sudoración.
  • Psoriasis pustulosa. Es poco frecuente y puede producirse en forma de manchas extensas o en zonas más pequeñas en las manos, en los pies o en las puntas de los dedos.

¿Qué es la artritis psoriásica?

Además de la piel inflamada y escamosa, la artritis psoriásica provoca inflamación y dolor en las articulaciones (síntomas habituales de la artritis). Afecta principalmente a las articulaciones de los dedos de manos y pies, la columna lumbar y sacra, las muñecas y las rodillas. En algunos casos, si no se trata, puede provocar daños irreversibles en las articulaciones.

Entre el 10 y el 30% de las personas que tienen psoriasis desarrollan artritis, y esta puede manifestarse en cualquier momento, aunque su aparición es más probable entre los 30 y los 50 años. En estos casos, el diagnóstico precoz juega un papel fundamental para desarrollar un tratamiento en la fase inicial de la enfermedad.

Según una encuesta de Acción Psoriasis, el 85% de los pacientes tenía alguna enfermedad asociada a la psoriasis, habiendo aparecido la mayor parte de ellas después del diagnóstico de esta. El proceso inflamatorio que se produce en la psoriasis podría estar asociado con el desarrollo de otras enfermedades, que impactan en la calidad de vida del paciente, llamadas comorbilidades. Las más frecuentes son la artritis psoriásica, el sobrepeso, la ansiedad, la hipertensión, la depresión, problemas cardiovasculares, diabetes y enfermedad hepática. Es decir que la calidad de vida está en juego si no se trata la psoriasis.

Tratamientos

Existen los tratamientos tópicos que tienden a paliar las lesiones cutáneas con lociones, ungüentos, cremas, geles y champús, y están indicados para casos leves a moderados. La fototerapia, un tratamiento con radiaciones de ondas de luz ultravioleta, es efectiva para psoriasis moderada a severa. Asimismo, existen tratamientos farmacológicos sistémicos, con varias vías de administrados (oral, subcutánea o intravenosa). Estos fármacos se denominan FAMEs (fármacos modificadores de la enfermedad) y pueden ser de naturaleza química o biológica.

En el caso de la artritis psoriásica, un reumatólogo será quien indique el tratamiento, que dependerá de la intensidad de la inflamación, del número y tipo de articulaciones afectadas, de si hay o no daño articular, entre otros factores. En los casos avanzados, puede ser de gran ayuda la rehabilitación.